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Ayer por la noche aterricé en el blog de Manuel Pimentel y la verdad es que me encontré con un articulo más que interesante sobre la investigación en las universidades españolas. La verdad es que uno que tiene una hermana con verdadera vocación investigadora (en breve la presentaremos) se va enterando como funciona esto de la investigación en el estado, de los paupérrimos números sobre inversión y del estado de los grupos de investigación en las propias universidades.

Qué verguenza!! O, mas bien... Qué desacierto!!

Pimentel apunta, con bastante acierto diría, hacia el agotamiento de un modelo que no tiene visos de mostrar una mejoría extraordinaria sino una tendencia más o menos constante hacia más de lo mismo (esto es más una interpretación mía pero bueno):

El informe CYD nos indica que la universidad no cumple bien ni la función de formación continua ni la de transferencia de tecnología. No es percibida como un socio de referencia para la investigación por parte de las empresas. Más del 80% de ellas no han acudido jamás a la universidad para llevar a cabo proyectos de investigación. Además, sólo ocupa el noveno lugar entre los diez proveedores de formación considerados por las empresas. ¿Por qué esta desconfianza mutua?

Pero lo más preocupante es el asunto de la transferencia tecnológica. La financiación empresarial de la I+D universitaria sigue disminuyendo desde 2001, tanto en valores relativos como absolutos.

En fin, no dudo de la voluntad de las personas que trabajan por y para la investigación pero si creo que el modelo debería revisarse y reflexionar sobre la megaestructura que se esta soportando y los resultados que se estan obteniendo. Mientras tanto quizá muchos investigadores se sientan identificados con el siguiente video.